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¿Quién será el VI Califa? / Por Rafael COMINO DELGADO.
<LECCIONES MAGISTRALES> POR RAFAEL COMINO DELGADO
Creo que el VI Califa es Finito de Córdoba que, efectivamente,
no ha mandado en el Toreo, pero sí ha mandado en calidad, aspecto en el que hasta el momento nadie puede igualarle.
Argumentos a favor de que FINITO sea el VI CALIFA cordobés.
Los expondremos y analizaremos de acuerdo a dos premisas
1) Se exige mandar, o haber mandado, en el Toreo.
2) Se tienen en cuenta, también, sus excelencias (virtudes, aportaciones, etc.) como torero.
1) Si solo se exige mandar o haber mandado en el TOREO, creo que sería una visión demasiado estrecha e incompleta del asunto, y tendríamos que empezar por definir que es MANDAR, tarea ardua, pero admitamos que no ha mandado, también tenemos que admitir que tampoco mandó Machaquito, y que como mandó El Cordobés ninguno de los otros Califas lo hicieron.
2) Si se tienen en cuenta las excelencias como TORERO, creo que sería una visión más completa del asunto. Tendríamos que analizar dichas excelencias, pero entiendo que FINITO, en este capítulo, arrasaría.
Analicemos sus características como TORERO, y que creemos le hacen merecedor del título de “CALIFA del TOREO Cordobés”:
– CALIDAD – COMPLETO – REGULARIDAD – MANTENIMIENTO –
CALIDAD.- En mi opinión, FINITO torea como nadie lo ha hecho jamás, y me temo que pasará mucho tiempo antes de que alguien logre igualarle.
Paco Mora, en Aplausos del 25 de Junio de 2007, escribía: “…sin olvidar a ese maestro que es el FINO De CÓRDOBA…y deja flotar sus muñecas de algodón, con las que ejecuta el mejor Toreo de la actualidad”.
Y yo digo que “se podrá ser o no partidario de FINITO pero nadie puede negar que, en CALIDAD es un referente para los buenos aficionados y, sobre todo, para los profesionales”. Es habitual leer en las crónicas, u oír en Radio-TV, «FINITO hizo lo de más Calidad de la corrida o de la feria”. Y también es habitual oír decir que “la media, el trincherazo, los naturales, etc., de Finito se me quedarán en la retina para siempre”.
Por eso Alberto RUIZ, en 6Toros6, de septiembre de 2007 dijo, o mejor escribió: “Finito es capaz
de hacer olvidar una tarde aburrida, sin historia, con un capotazo, un muletazo, un remate, un adorno… La Calidad siempre ha sido un grado”.
COMPLETO.- Entiendo que un torero es Completo cuando tiene buen nivel en todos los aspectos de la Lidia. Ahora bien, todos los toreros, incluso las máximas figuras, logran destacar más en unos aspectos que en otros, pero también suelen tener algún punto débil. Pienso que FINITO tiene máximo nivel con Capote, Muleta y como Lidiador. Como lidiador es realmente un portento, tiene metido de forma innata el toreo en la cabeza; ve en seguida el toro y es capaz de hacer faena a toros que, en principio, nadie podría sospecharlo; eso lo he podido ver yo mismo en multitud de ocasiones. Más de una vez he oído a ganaderos decir que, cuando Finito tienta, todas las vacas son buenas. Su punto más débil es la espada, pero cuando se propone matarlos lo hace con gran pureza. De hechos tiene varios premios a la mejor estocada.
REGULARIDAD.- A pesar de ser un Torero de corte artístico, muestra una gran REGULARIDAD. Si la valoramos por número de orejas cortadas, casi todas las temporadas corta más orejas que corridas toreadas, lo cual es un índice muy bueno, teniendo en cuenta que las corta, exclusivamente, a base de Calidad; no hay concesiones a la galería.
MANTENIMIENTO.- Al día de escribir este artículo lleva 28 temporadas completas como matador de toros.
Total de corridas hasta el momento = 1.372
Total de orejas cortadas como matador de toros = 1351 y 53 rabos.
Sumando orejas y rabos cortados sale a más de un trofeo por corrida, lo cual es una media muy alta para un torero de corte artístico como es Finito. Ninguno de los llamados artistas (Romero, Paula, etc.) la lograron.
Por temporadas en activo ya ha superado a Lagartijo, que era el que más tiempo estuvo en los ruedos, y por corridas toreadas es el segundo torero cordobés, tras el I Califa.
Por otra parte, el toreo de FINITO, por su enorme Calidad, siempre tendrá vigencia. Los aficionados que vamos a verle también iríamos dentro de 20 años, por lo que puede mantenerse el tiempo que quiera. El toreo de FINITO es una joya del arte de Torear que perdurará siempre, como perdura la música de Mozart, Beethoven, etc., o la pintura de Velázquez, por poner algunos ejemplos.
Se le critica su falta de valor. ¿Falta de valor? Para ponerse delante de un toro y ser figura hay que
tener mucho Valor. “Para Torear profundo hay que sentir muy cerca el resoplido de la muerte, emplearse profundamente en la suerte y sentir la belleza de lo ejecutado” se dice en las Tauromaquias de Abenámar y, si alguien torea profundo ese es FINITO. No quiero decir que su característica principal sea el Valor, que sea el Espartero o Machaquito, pero hemos de tener en cuenta que el Valor es algo relativo; lo que un torero no haría jamás otro lo hace sin, aparente, gran esfuerzo.
Creo que FINITO es, ya, un pilar fundamental en la Historia del Toreo. El concepto que él ha aportado significa un enorme avance por su pureza, perfección, estética y, en suma, Calidad; que, al menos a mí, me transmite unas sensaciones verdaderamente indescriptibles, inigualables.
A medida que pasen los años y, sobre todo, cuando se retire, cada vez se comprenderá mejor y se le dará más importancia, como siempre suele ocurrir con los genios en cualquier actividad.
FINITO ha sido durante muchos años, y sigue siendo, el máximo representante del toreo cordobés; es excepcional en el Arte, es el máximo referente de la Calidad en el Toreo y es un ilustre torero cordobés. Por todo ello, debe ser Califa.
En resumen, he expuesto los argumentos por los que creo que FINITO debe ser CALIFA. Es posible que haya quien no esté de acuerdo. Para ellos, mi máximo respeto, pero creo que todo lo que he dicho es estrictamente cierto.
Y porque es estrictamente cierto pienso que Juan Serrano “FINITO DE CÓRDOBA” tiene méritos, más que suficientes, para ser considerado VI CALIFA del Toreo cordobés.
Sol y sombra / Por Juan TOMAS FRUTOS.
Soy de los que piensan, por si alguien tiene dudas, que cualquier tiempo futuro será estupendo si lo sabemos aprovechar.
MARTES, 12 febrero 2019 – Por JUAN TOMAS FRUTOS – Tengo
en mi despacho un ejemplar que me regaló mi amigo Salvador Sánchez Soto de una publicación taurina emblemática: se trata de «Sol y Sombra«, un periódico al que también le tengo cariño porque lo dirigió el padre de otro colega muy cercano. Me refiero al progenitor de Jaime Butler, que se llamaba Augusto. Hay mucha historia personal y colectiva en ese ejemplar que tengo en mi poder durante más de dos décadas.
En todo caso, como valor añadido, estas ediciones impresas llegaron a narrar cómo se vivía el espectáculo y el arte en los años, 40, 50 y 60. Nos recuerda específicamente la que tenemos entre manos a toreros con apodos tan cariñosos como «El Estudiante«, o a otros que estaban empezando como el Varguillas o Antonio Toscano. Está en titular principal el triunfo apoteósico de Luis Miguel Dominguín en Algeciras, con orejas, rabo y afición como cosecha de una tarde excepcional. Tuvo muchas, como sabemos.
Leemos también sobre Aldeano o de cómo salvó la vida en un lance Antonio Bienvenida. Llama la atención un grupo de picadores con nuevos instrumentos para la faena. Manolete está, asimismo, presente, a punto de empezar su campaña en México. Hay más noticias de tonos menos importantes que adornan una primera plana muy completa, con fotos en blanco y negro, pero sumamente atractivas, que denotan una visión de la fiesta muy variopinta. Eran, según imaginamos por el contexto histórico que conocemos, años duros. El periódico es de 1946.
No es, esta cita de hoy, en este pequeño escrito, una reflexión nostálgica. Soy de los que piensan, por si alguien tiene dudas, que cualquier tiempo futuro será estupendo si lo sabemos aprovechar. Sin embargo, sí quiero rendir homenaje a los que vinieron antes en el mundo de la tauromaquia y en el periodístico, que siempre han estado muy unidos. Confío en que el matrimonio sea por muchos años más. Lo merecemos.
El argumento de la cultura / Por Rafael COMINO DELGADO.
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<LECCIONES MAGISTRALES>> POR RAFAEL COMINO DELGADO>>
Cuando los animalistas quieren atacar a la Tauromaquia suelen decir, «los toros no son cultura, son tortura», y los taurinos cuando quieren defender la Tauromaquia dicen, «los toros son cultura».
A nuestro parecer los taurinos deberían matizar su afirmación y los animalistas buscarse otro eslogan, porque en este introducen dos falsedades.
Para demostrar lo que decimos empezaremos por definir la Cultura. Hay varias definiciones, todas ellas muy parecidas:
-Para la Unesco (1996), “Cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además de las Artes y Letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”.
-Otra definición de Cultura seria: «El conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, época, etc.»
–El diccionario de la RAE recoge dos acepciones de Cultura:
- a) Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. (Sería válida para designar a una persona como poco culta o muy culta dependiendo del grado de conocimientos que tenga sobre algo)
- b) «Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.»
Existe también la llamada Cultura popular: «Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo».
Como vemos en todas las definiciones de Cultura expuestas entra plenamente la Tauromaquia, pues es una costumbre, una tradición española de hace siglos.
Por tanto, queda meridianamente claro, quiérase o no se quiera, que la Tauromaquia es Cultura española, aunque a algunos no les guste y no lo acepten, pero eso es lo mismo, por ejemplo, que no querer aceptar que España está al Sur de Europa y bañada por el Mediterráneo.
Ahora bien esas costumbres o tradiciones de un pueblo pueden parecernos algo positivo para el desarrollo y progreso material y espiritual del hombre, o por el contrario parecernos negativo. La ablación del clítoris que se práctica en algunos países, o el casamiento de niñas antes de la pubertad, incluso con 6-7 años, que ocurre también en varios países actualmente, nos parece algo muy negativo a los occidentales, pero es un hecho real y forma parte de la cultura de unos pueblos o grupos sociales. Es por tanto Cultura. Por eso decíamos que los taurinos deberían matizar cuando dicen, «los toros son Cultura», añadiendo que además es un arte (nadie puede dudar ya que el Toreo es un arte), que emociona, eleva y enriquece el espíritu. Nosotros afirmamos que, “quien diga que los Toros no son Cultura es un inculto”.
Así pues, los antitaurinos se equivocan al decir que no es Cultura, (desconocen el concepto de Cultura), y además porque quieren significar que es algo malo, que es Tortura. También desconocen el concepto de Tortura, porque torturar es infligir a alguien grave dolor físico o psicológico con el fin de obtener de él una confesión o como medio de castigo (DRAE). No es ese el objetivo del toreo, pero es que a quien se tortura no se le permite defenderse, y el toro en la plaza se defiende atacando; puede matar al torero y puede salvar su vida si es muy bravo. El toro lucha pero no es torturado. ¡Naturalmente el Toreo no es Tortura! Eso es tan evidente que no merece más explicación.
Otra cosa es ser Culto. Según el DRAE, “Culto es aquel dotado de cualidades que provienen de la cultura o instrucción”.
Decimos que una persona culta es aquella que posee grandes conocimientos en las más variadas ramas del conocimiento, pero desde mediados del siglo XX los conocimientos son amplísimos y resulta muy difícil saberlo todo, incluso superficialmente, por lo tanto se puede decir, hoy día, que una persona es culta, cuando tiene unos conocimientos básicos-elementales de las Ciencias y Letras en general y, en particular, de Biología, el Universo y sus leyes, las Artes y las Relaciones Sociales (comunicación, idiomas, política, economía, religión) que le permiten hablar -u oír hablar- y/o leer sobre ello, con buen grado de comprensión.
No hay, pues, que confundir Cultura con ser Culto. Toda persona tiene una cultura (costumbres), pero no toda persona es culta.
No obstante, entendemos que, cuando se dice de alguien que tiene Cultura, se quiere decir que es Culto. También entendemos que cuando se dice que algo es Cultura se quiere expresar en sentido positivo. En definitiva, se quiere decir que es algo que gusta a gentes cultas y que enriquece nuestro espíritu, nuestra vida.
Como todo, o casi todo, el mundo sabe, Federico García Lorca dijo, “Los Toros es la Fiesta más culta que existe hoy día en el Mundo”.
Así pues, podemos afirmar categóricamente que: a) La Fiesta de los Toros es un arte que forma parte de la Cultura Española desde 1135, año en que se organizaron espectáculos taurinos para celebrar la coronación de Alfonso VII en la Fiesta Real de Varea, pueblo de la Rioja; b) El Torero no es tortura ya que no cumple los requisitos exigidos en la definición de tortura.
Por tanto, los antiturinos tienen que culturizarse antes de salir a la calle gritando, insultando, agrediendo a los que no piensan como ellos, y pidiendo la prohibición del Toreo. Un amigo mío, que es muy sabio, dice; «los necios y los cobardes prohíben, los valientes e inteligentes viven».
El coleccionista de arte / Por Juan TOMAS FRUTOS
MARTES, 5 febrero 2019. Por JUAN TOMAS FRUTOS. Amasas valores, conquistas, deseos, sueños realizados, o que lo parecen… Tienes a tu vera todo un compendio de galardones, de reconocimientos, de avances por unos vericuetos de éxitos.
Lo cierto es que los progresos son siempre relativos, sobre todo cuando penden del hilo de la ponderación social. Las modas varían, y los intelectos más.
Los excesos no son buenos, según nos relataba Aristóteles, partidario, como Santo Tomás de Aquino, de la virtuosa vertebración media. Hay que disfrutar de lo que se desarrolla alrededor con naturalidad y sencillez. No ocurre esto cuando pensamos únicamente en calidad o cantidad.
Lo importante, me digo, son las emociones, las que se viven desde la más clara y honesta intención. Hemos de recibir el destino con gratitud y solidaridad hacia los menos afortunados.
Hay quien colecciona triunfos en el albero, y hay quien prefiere experimentarlos de verdad, como si fuera el primer día de la vida, o quizá el último, que, de alguna manera, se empareja esa variada óptica.
Tomas -vuelto a ti- el remanso de la existencia, y continúas como si empezaras, como si nada fuera a terminar. Toreas. Vas avanzando.
Frente al que añade beneficios, tú has decidido aglutinar momentos, efímeros, sí, pero eternos ante tiempo. Haces arte. Estoy contigo.
¿Quién merece el califato y quién lo decide? / Por Rafael COMINO DELGADO
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<LECCIONES MAGISTRALES>> POR RAFAEL COMINO DELGADO>>
En el artículo precedente expusimos como nació el Califato cordobés del Toreo, y en el presente hablaremos sobre los meritos necesarios para ser Califa y quien valora eso méritos, y en función de los mismos decide.
En Córdoba se dice que para ser Califa hay que haber mandado en el Toreo, pero Andrés Dorado, periodista taurino cordobés, escribió en la revista Al Natural en 2004: “En nada que no fuese la esencia misma del Toreo se basó aquella proclamación popular. Seguro que nadie pensó en si mandaba, quitaba o ponía”. Es decir, que lo de mandar o no mandar no está claro que, al menos en sus orígenes, fuese una exigencia imprescindible. Es cierto que Rafael Molina «Lagartijo» mandó, pero también es cierto que competía con el granadino Salvador Sánchez «Frascuelo», y había plazas donde el de Granada tenia más cartel que el de Córdoba. Sin embargo hemos de reconocer que la inmensa mayoría de los aficionados cordobeses piensan que es necesario haber mandado.
Y ¿quién decide el nombramiento de Califa? Pensamos que los aficionados cordobeses, aunque también suelen consultar a aficionados relevantes de otros lugares. Así ha sido siempre.
Queda claro que yo no tengo voto: ni soy cordobés ni creo que relevante, pero sí puedo expresar mi opinión al respecto. Y eso es lo que haré, si bien antes quiero manifestar que, con la excepción de Lagartijo, los demás califas han sido más o menos cuestionados por algunos aficionados. El Guerra muy poco, se le aceptó casi por unanimidad. Rafael González «Machaquito» fue el más discutido. Incluso durante algún tiempo se dijo que el III Califa era Manolete, pero posteriormente ya se aceptó como Califa a Machaquito, que definitivamente ha quedado como el III Califa del Toreo cordobés. Fue un gran torero, muy valeroso, destacando especialmente por su gran valor y por ser un matador muy certero.
Manuel Rodríguez «Manolete», IV Califa, también fue cuestionado, pues no todos le admitían como Califa, pero si una gran mayoría.
Con respecto al último, es decir, el V, Manuel Benítez “El Cordobés”, mucho podríamos hablar. En principio hubo una resistencia por considerar, algunos aficionados cordobeses, que no fue un torero de corte clásico. Sin embargo, otros argumentaron que para ser Califa había que haber mandado en el toreo y, desde luego, el Cordobés ha sido el torero que más ha mandado en toda la Historia sin la más mínima discusión, al menos en nuestra opinión. Por tanto con este argumento no había más remedio que nombrarle Califa.
Así las cosas, el Ayuntamiento de Córdoba, el día 28 de Junio de 2002, acordó nombrar una Comisión encargada de ir recogiendo el sentir de los aficionados y expertos, y organizar los actos que culminaron con su proclamación como V Califa del toreo el día 29 de Octubre de 2002 en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba.
Así pues, el único de los cinco Califas que tiene un nombramiento oficial es El Cordobés. Los demás simplemente fueron aceptados por los aficionados cordobeses como Califas, y así han pasado a la historia para siempre.
La plaza de toros de Córdoba se denomina plaza de toros «los Califas», en cuya puerta hay un monumento con el busto de los cinco Califas, y la puerta grande de dicha plaza es la «Puerta de los Califas».
Puede con todo / Por Juan TOMAS FRUTOS.
MARTES, 29 enero 2019 – Por Juan TOMAS FRUTOS. Hace tiempo que se subió a la vida, y por eso se enfrenta a la muerte. No teme, o sí, a su peculiar modo, pero demuestra que se puede sobreponer. Hay respeto. Tiene leal aspecto de murciano, concretamente del Mar Menor.
Posee, pese a su juventud, un don especial que conmueve, que traspasa, que alimenta, que nos traslada donde puede y como puede, que mucho es. Le seguimos con devoción. Merece respeto.
Le consuela el momento, que en general nunca controlamos. Hemos aprendido la lección de él, de su tolerancia, de su mirar con perspectiva, de aceptar que el universo a veces se encona y brinda con un tono que se emparenta con el valor de sus ancestros, que crecen ante su figura.
Ha visto caer y levantarse, y ha aprendido más de lo segundo. Las respiraciones se acompasan con instantes de dolor, que supera con el apoyo de los más cercanos. A estos adeptos se los ha ganado el paisano Ramón Serrano.
Es un súper-héroe. No lo sabe, pero lo es. Ha dominado el pavor y las tentaciones de quedarse atrás. Puede con lo que surja. Lo demuestra cada tarde ante el toro y sin él. Y lo mejor es que apenas está empezando.
El Califato cordobés / Por Rafael COMINO DELGADO.
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Como dato curioso el apelativo de »Califa del toreo» surgió en Murcia tras una gran faena de Rafael Molina »Lagartijo» a un toro que brindó a don Mariano de Cavia »Sobaquillo». Al dia siguiente en la crónica firmada por el propio »Sobaquillo» llamaba »Califa del toreo» al maestro cordobés.
La palabra Califa, del árabe “jalifa”, significa representante. En el Corán se dice: “Voy a poner un Califa (representante) en la Tierra” (naturalmente representante de Dios).
Pienso que equivale al Papa en la religión católica o al Dalai Lama en la religión budista tibetana.
Así pues, el Califa es el Jefe Supremo, el líder político y religioso. Pero no todos los jefes supremos son iguales, unos tienen unas características y otros tienen otras. Se puede mandar pero no convencer y lo importante es convencer.
Pero otra acepción de la palabra Califa en el DRAE es, «Apodo que se da a los toreros ilustres naturales de Córdoba», y ello es debido a que el crítico taurino don Mariano de Cavia «Sobaquillo» (Zaragoza 1855-1920) designo a Rafael Molina Lagartijo (Córdoba 1841-1900) con el apelativo de «Califa», queriendo expresar así, en definitiva, su supremacía delante del toro. Algunos aficionados cordobeses opinan que quiso expresar la idea de que Lagartijo era el que mandaba en el Toreo de aquella época. Lo cierto es que Sobaquillo era muy partidario de Lagartijo quien, una tarde en Murcia, le brindo un toro, al que realizó una gran faena; y al día siguiente en la crónica que hizo de la corrida llamaba «Califa del Toreo» al maestro cordobés. Este apelativo tuvo tanto éxito, tan buena acogida, que perdura hasta nuestros días.
Ahora bien, nosotros nos`preguntamos, ¿Mariano de Cavia al calificar como Califa a LAGARTIJO, se refería solo a su mando o también a sus excelencias como torero de Calidad y Arte?, pues realmente fue el iniciador del “Toreo Arte”. Sinceramente creemos que quiso significar ambas cosas, pero nos inclinamos a pensar que más a su supremacía ante el toro. Y naturalmente empleó la palabra califa porque era de Córdoba, pues si hubiese sido de Madrid, por ejemplo, probablemente hubiera empleado la palabra Rey, o Emperador, u otra similar.
En los toros es relativamente frecuente decir al torero ¡qué grande eres! Este grito lo hemos oído muchas veces en las plazas de toros. Es posible que Sobaquillo, muy emocionado en aquel momento, estuviese pensando que Lagartijo era muy grande como torero y se le ocurrió llamarle Califa, pero no pensando en el mando. Al respecto, Salvador Balil Forjas dijo en 2004: “El periodista y crítico taurino, en un momento de inspiración, pensó que una forma de corresponder a la grandeza de este completísimo maestro sería equiparándole a la de los príncipes árabes, sucesores de Mahoma…”
Lo cierto es que la propuesta de Sobaquillo, como ya adelantábamos, hizo fortuna y empezó a emplearse de forma generalizada entre los aficionados el termino CALIFA.
Posteriormente, se consideró en Córdoba, que Rafael GUERRA tenía méritos para ser el heredero de LAGARTIJO (El I Califa). Por tanto, GUERRITA seria el II Califa, quedando así instaurado el Califato Cordobés en el Toreo. Después vendrían Rafael González «Machaquito», Manuel Rodríguez «Manolete» y Manuel Benítez «El Cordobés». Lo contaremos en un próximo artículo.
La suerte / Por Juan TOMAS FRUTOS
Dedicado a los toreros anónimos y a los “bailaores”
MARTES, 22 enero 2019 – Por JUAN TOMAS FRUTOS – Te mueves al ritmo de quien se inspira por una soledad, o puede que por una malagueña. Te imaginas en una taranta, con sueño, viendo el destino en la faz de un toro, que escucha, de algún modo, un martinete.
Mueves los brazos como la Naturaleza, con lentitud y seguridad, con gracia. Es un baile ritual, de consideración al mundo, a ti, en pos del mejor anhelo, que te embarca en la emoción contenida.
Te llenas del momento. Cambias el tercio, y reclamas más atención. Todo está prestado. Es así. La vida es de esta guisa. No se trata de analizar, sino de comprender.
Bailas, caminas, toreas, rezas, acompañas, experimentas la soledad. Estás con alegría y tristeza en el «tablao» y en el albero. Cruzas el umbral, y todo es incertidumbre, que te sube la adrenalina.
Casas con tu público, y éste contigo. Nos ennoblecemos mutuamente. Llamas a las puertas de unos corazones que hace cientos de años que viven en comunión. Ya se sabe que no es cuestión de cantidad, sino de calidad.
Sales en busca de la suerte, en el baile, toreando, y ahí está, ella, pendiente de ti, y, claro, tú de ella.
El toreo es Grandeza / Por Rafael COMINO DELGADO.
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El Toreo es un Sentimiento que al expresarlo genera Estética, pero también conlleva enorme Riesgo. Y todo ello exige tener grandeza de espíritu, grandeza moral, abnegación, que eleva el espíritu.
Por otra parte, tanto Sentimiento como Estética y Riesgo generan Emoción en el propio artista, el torero, y en los espectadores. En el torero porque sabe que está creando algo bello, se siente bien, se eleva su espíritu. En los espectadores porque piensan que el torero tiene grandeza; de hecho le gritan ¡qué grande eres! Se sienten bien y también su espíritu se emociona, se eleva. Al mismo tiempo, esa emoción engendra grandeza de espíritu, que a su vez provoca emoción. Por tanto, en el Toreo, todo, desde el sentimiento hasta su expresión, es, y exige, grandeza de espíritu.
Retrotrayéndonos en el tiempo a los orígenes del Toreo, y analizando detenidamente el hecho, comprendemos que el Toreo nació como expresión de un Sentimiento. Algunos hombres tenían un sentimiento, profundo, intenso, irrefrenable, que les llevaba a enfrentarse a un toro bravo.
En principio, lo único que se hacía era esquivar, con más o menos habilidad, sus acometidas y dominarle. Ello les producía gran satisfacción. Pero poco a poco el Toreo fue evolucionando y perfeccionándose, gracias a toreros como Pedro Romero, Pepe Illo, Costillares, Paquiro, Chiclanero… Hasta que en 1858 surge Rafael Molina “Lagartijo. Lagartijo ya tenía otro concepto del Toreo. Naturalmente dominaba al toro, pero con una elegancia y armonía, hasta entonces, desconocidas. A partir de Lagartijo el hombre empieza a expresar más ampliamente, ante el toro, ese sentimiento al que venimos aludiendo, que es algo más que el dominio del toro: Es ESTÉTICA.
Lagartijo aporta el germen del TOREO SENTIMIENTO-ARTE. En 1909 llega Juan Belmonte que, por diversas razones, introduce un nuevo concepto del TOREO, el cual ya había sido intuido por Pedro Romero y Lagartijo.
Juan Belmonte pasa de torear básicamente sobre las piernas a torear básicamente sobre los brazos. Por tanto, se PARA y trata de que el toro pase conducido por los engaños (capote, muleta), manejados con los brazos del torero.
Juan Belmonte introduce así un nuevo concepto: “EL TEMPLE”. El TEMPLE es la base, el fundamento mismo del “TOREO SENTIMIENTO-ARTE”. El hombre expresa así algo que siempre ha llevado dentro y que ahora, cuando la perfección de la técnica para dominar al toro se lo permite, aflora y se hace evidente. Así, el TOREO definitivamente deja de ser solo Técnica y Riesgo para hacerse ESTÉTICA-ARTE.
El Hombre expresa ante el toro un sentimiento que lleva dentro, tal como el pintor lo expresa sobre un lienzo o el poeta lo expresa con palabras.
Se ha dicho, y es verdad, que el Toreo es un ARTE que hay que hacer con Técnica y una TÉCNICA que hay que hacer con Arte. Pero todas las Artes, sin excepción, necesitan de una Técnica.
Pero la ESTÉTICA de cada torero es diferente a la de los demás, pues depende de múltiples factores: Factores determinantes: Lo que el Torero siente y cómo lo expresa.
Factores condicionantes (todo ello condicionado por):
- Su Físico (Planta de Torero).
- Estado Físico y Psíquico.
- Toro que tiene del
- Público ante el que Torea.
- Otros (trascendencia, competitividad, etc.).
Cuando todos los factores determinan que el torero sienta profundamente lo que está haciendo (creando) y logra expresarlo con máxima intensidad, ello se transmite, también con máxima intensidad, al público.
Por otra parte la Estética, la Belleza del Toreo, la percibe cada aficionado (espectador) de forma diferente; las sensaciones que experimentan son diferentes, pero con el arte del TOREO ocurre igual que con cualquier otro ARTE, que lo bueno, lo bello, lo verdadero, todo el mundo lo entiende, no es necesario ser un buen aficionado.
Pero como ya expusimos, el TOREO conlleva un riesgo, y por tanto exige aún más grandeza de espíritu para expresarlo. Cicerón decía: “Se reconoce el alma valiente y GRANDE, sobre todo, por dos cosas: En primer lugar, por el desprecio a las cosas exteriores y, en segundo lugar, por la calidad del alma, que permite realizar GRANDES ACCIONES, llenas de dificultades y fatigas, que ponen en peligro la vida”.
Empezábamos diciendo que “EL TOREO ES GRANDEZA”,
y terminamos diciendo que, efectivamente,“El TOREO es Grandeza engendrada y expresada por un hombre con un toro; sentida comprendida y vivida por el torero y el aficionado sensible”.
Torero / Por Juan TOMAS FRUTOS
MARTES, 15 enero 2019. Por Juan TOMAS FRUTOS. Me subo al autobús. De vez en cuando me gusta perderme sin mirar el reloj por alguno de los rincones de la Región. Pido permiso en casa, y me voy. En este caso emprendo un recreo por el interior. Me encantan sus paisajes. Son únicos en una tierra variada, con imprevistos, con contradicciones, con aspectos secos y húmedos que nos enganchan.
En una población determinada alguien excepcional se sube. No lo percibo en ese momento. De hecho, reparo en él al tiempo, cuando llevamos un trecho importante. Está en el asiento de al lado, pasillo por medio. Tenemos opción de mirarnos, pero, fundamentalmente, de escucharnos.
Viene, o eso reseña, de casa. Ha estado unas horas. Habla de éxitos y fracasos. Me pregunto por qué no irá en coche. Después pienso que igual es un nostálgico como yo, al preferir un medio público, que no deja más que una estela genérica y no adquiere más obligaciones que abonar el billete y respetar las normas de convivencia en el vehículo.
Ahora sí me fijo en él. Apunta que quiere ser torero, de los buenos, de ésos que ganan fama, honra y dinero. Refiere las dificultades, que conoce bien. No tiene prisa, pero tampoco está dispuesto a detenerse. Ya ha hecho pinitos, según afirma, con reconocimientos de juventud. Todo está dispuesto, y llegará la oportunidad, claro que sí.
Nos despedimos. Sabemos que nos volveremos a encontrar. Los caminos que no tienen puertas son así: espejos para hallarse.

































