RAFAELILLO, »Desde la enfermería llamé a mi madre y a mi mujer para tranquilizarlas»
«Estaba teniendo mucha suerte; me han cogido muchos los toros, y lo que era un milagro es cómo me estaba librando de las cornadas»
PUBLICADO EN www.LAVERDAD.es Por PACO OJADOS. Cansado, mareado, Rafaelillo afirma que lo primero que pensó fue en su madre y en su esposa, que estaba oyendo a través de Internet su debut el pasado miércoles en la feria del Jesús del Gran Poder de Quito, una de las más importantes de las que se celebran en invierno en el continente americano. Ayer recibió las visitas de compañeros de profesión, de su cuadrilla, entre los que se encontraba el diestro jerezano Padilla, quien fue quien le atendió tras sufrir la cornada. «El maestro taponó la herida. Gracias a él no me desangré», afirmaba ayer mientras nos atendía desde su habitación.


































