Ejemplo de que se puede… / Por Juan TOMAS FRUTOS.
Pongamos que hablamos de Rafael Rubio Luján, “Rafaelillo”, que ha superado los listones de la existencia en muchos sentidos…
Martes, 14 de agosto de 2018. Por JUAN TOMAS FRUTOS. Tiene una mirada limpia. Su perfil le ha llevado, desde la lucha por lo que ha cosechado, a la meta de la felicidad, que es lo que ha buscado, como hacemos la mayoría de los humanos. Se inició en un oficio de amor y de muerte, en puro riesgo, encomendado a los dioses de un Olimpo que se fijan siempre en los más valientes. Es el caso.
Pongamos que hablamos de Rafael Rubio Luján, “Rafaelillo”, que ha superado los listones de la existencia en muchos sentidos, incluso cuando se ha tratado del desapego de aquellos que deberían apoyarle. Ha sabido esperar con paciencia, que ha sumado a su valor.
Tomó la alternativa de la mano de una gran persona, Enrique Ponce. Muchos han apostado por él. Lo quieren bastante por el Norte de España, también en Francia, porque une a su bonhomía su entrega y su quehacer mágico. Se concentra como pocos desde su pasión ingente.
Murcia, Madrid y Nimes son los ejes de su devoción. En todos ha sido más él. No ha partido nunca como favorito, pero, sin perder los nervios, siempre ha sabido dar lo mejor de sí. Se ha recuperado de los envites marcando las distancias de un destino con multitud de sabores. Ha lidiado con la fortuna de los buenos.
Tiene un semblante de torero. Busca la excelencia. Ha pretendido estar entre los mejores. Luce: lo ha conseguido. Es grande por su humildad, y, fundamentalmente, es un ejemplo de que, cuando se quiere, se puede. Por eso le adoramos.