A la sombra de un ciprés. ANGEL LUIS BIENVENIDA / Por José Cisneros
A la sombra de un ciprés esa fue la sensación que percibí el día que conocí al maestro Ángel Luís Bienvenida y me fotografié a su lado. A la edad de 80 años en aquella Feria de Otoño de Madrid, el torero Ángel Luís, componente de una de las dinastías con más solera del orbe taurino de todos los tiempos, los “Bienvenida”, mantenía su esbelta figura preñada de torería, alto y derecho como el árbol mencionado.
Personalmente tuve el privilegio de charlar unos minutos con el maestro en dos ocasiones, una de ellas en visita a Úbeda junto al insigne Juan Lamarca, la segunda en el patio de arrastre de la referida Plaza de Las Ventas en la Feria de Otoño de 2004.
Recuerdo que tras la pequeña charla al saludarle, le solicité si tenía inconveniente en que posara junto a él para tener el recuerdo junto a un miembro de una de las más grandes dinastías que ha dado el toreo. El maestro Ángel Luís accedió amablemente con esa sonrisa tan habitual y característica en los “Bienvenida”.
He de decir que hacía un día de “perros”, de esos que el aire, frío y molesto no deja entrar en calor, al posar para la fotografía que guardo como “oro en paño”, llamó la atención al fotógrafo diciéndole: Un momento muchacho -era mi hijo mayor- me pongo bien el pelo que salgamos “en condisiones”, como si de un modelo se tratara se atusó su cana cabellera movida por el fuerte viento y exclamó “Ya puedes disparar niño…»
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