Pasión sorista en la reaparición del ídolo / Por José Luís Benlloch
La crónica de Benlloch en Las Provincias
Contra el tiempo, contra los pronósticos, contra la lógica, El Soro mató dos toros en la Fira d”™Agost de la secular XÁ tiva. Los banderilleó diría que con una pierna, los toreó con garbo de capa, los pasó de muleta con ambición…
VALENCIA. Por José Luís Benlloch. Contra el tiempo, contra los pronósticos, contra la lógica, El Soro mató dos toros en la Fira d”™Agost de la secular XÁ tiva. Los banderilleó diría que con una pierna, los toreó con garbo de capa, los pasó de muleta con ambición, todo muy emotivo, en realidad era como echar una moneda al aire en cada lance, en cada par, en cada encuentro con los toros de Benjumea, y milagro tras milagro, chano, chano, dio una vuelta al ruedo en el primero y le cortó dos orejas a su segundo. No me digan si estuvo bien u ortodoxo o si toreó como había prometido las vísperas en las que había anunciado un travestismo artístico que le acercaba a los clásicos, de eso nada, toreó como ha toreado siempre, con el corazón, a su aire, como un náufrago que avista la costa, a brazada limpia, a empujones. Con esos ingredientes puso la plaza a revientacalderas. Un manicomio en expresión de los viejos revisteros, donde no se atiende a más razones que los impulsos del sentimiento, donde se ve lo que se quiere ver, donde levitas o pereces. Ese fue El Soro de XÁ tiva, no lo analicen, sería otra locura indescifrable, disfrútenlo quienes apetezcan disfrutarlo, era su día. VER MÁS EN ENLACE