<<LECCIONES MAGISTRALES>> Por RAFAEL COMINO DELGADO -Catedrático de la Universidad de Cádiz-

El mundo del toro siempre ha sido, es y será solidario con el más necesitado, sin preguntarle cómo se llama, y eso es así por su condición como personas, y en general porque esa es la condición del taurino, y lo es no porque yo lo diga, sino porque lo han demostrado a lo largo de la historia.

El mundo del toro siempre ha sido solidario con los más necesitados, fuesen del tipo que fuesen. De ello hay miles de pruebas a lo largo dela historia, y ahora, ante esta dramática situación en la que nos ha puesto el dichoso virus y la pésima gestión que del problema ha realizado el gobierno, no iba a ser menos.

El pasado 22 de marzo, el maestro Cayetano anunció públicamente que, como patrono de la FTL (por tanto compromete a este organismo), está dispuesto a promover la celebración de festivales taurinos en cada comunidad autónoma, -naturalmente cuando se pueda- e incluso a torearlos todos, con el objetivo de recaudar fondos para los más necesitados, sean del mundo del toro, en el que el daño será irreparable, al menos en muchos aspectos, o de cualquier otro colectivo. Desde luego ya se ha llevado por delante la vida de muchos profesionales del mundo del toro y de otros colectivos, pero cuando todo esto pase, con seguridad que habrán desaparecido ganaderías, y muchos pequeños negocios, más o menos directamente relacionados con el mundo del toro, que no habrán podido soportar las enormes pérdidas que está generando y generará.

Ahora toca quedarse detrás el burladero, tapado hasta las orejas, y esperar que pase esta terrible pandemia, y después veremos como el Toreo entero se vuelca con los más necesitados, pero también será tiempo de hacer las críticas que tengamos que hacer, pues hay responsables muy directos de gran parte de lo que está sucediendo en España, a los que habrá que señalar y pedir que rindan cuentas.

Ahora los profesionales de la Sanidad se están dejando la vida literalmente para atender la avalancha de pacientes que cada día aumenta, e igualmente están haciendo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el Ejercito. Los ciudadanos, en general, salvo algunos descerebrados, están cumpliendo las órdenes y normas dadas por la autoridad.

El filántropo, don Amancio Ortega, orgullo de España y del mundo, sigue aportando medios al sistema de Salud, para que pueda funcionar, dado que el gobierno no se los proporciona, y sin embargo los podemitas, con su líder, Pablo Iglesias, a la cabeza, y la ministra de Igualdad, no pierden ocasión de despreciarle a él y a sus donaciones, argumentando que ellos no quieren limosnas de millonarios. Por cierto, un millonario que ha ganado su dinero honestamente, no como lo ganó el multimillonario, que en paz descanse, Fidel Castro (en su día el hombre más rico de hispanoamérica), o el más que multimillonario Maduro, narcotraficante archiconocido.

La gente critica a los podemitas por esto, y les pregunta que cuanto han donado los multimillonarios de izquierdas, simpatizantes del partido comunista radical. Por ejemplo, ¿Cuánto ha donado la familia Bardén, o Jorge Javier Vázquez, o Rosalía, o Antonio García Ferreras, o Mediaset, o Atresmedia, o Prisa, etc? ¿Cuánto la Fundación Franz Weber?, tan antitaurina, y que tanto dinero aporta a los animalistas. En general, para obras de caridad jamás darán un centavo. Así podríamos seguir citando muchos más millonarios de izquierda radical.

En definitiva, la izquierda radical, en la que está Podemos y muchos antitaurinos, jamás donan un centavo para una buena obra, y si no lo creen repasen las hemerotecas. Pueden donar para desestabilizar gobiernos, para apoyar a terroristas, etc. , pero para buenas  obras jamás.

Algunos han querido comparar el cristianismo con el comunismo, sin embargo, como dijera Winston Churchill, no han tenido en cuenta una diferencia fundamental, aunque sutil, y es que, “el cristiano dice, todo lo mío es tuyo, y el socialcomunista dice todo lo tuyo es mío”.

En resumen, vamos a lo positivo, y es que el mundo del toro siempre ha sido, es y será solidario con el más necesitado, sin preguntarle cómo se llama, y eso es así por su condición como personas, y en general porque esa es la condición del taurino, y lo es no porque yo lo diga, sino porque lo han demostrado a lo largo de la historia.

En concreto y por proximidad geográfica con este medio, citar como gran ejemplo de solidaridad taurina ese Gran Festival Taurino a Beneficio de la Lucha Contra el Cáncer que cada año organiza en Murcia la empresa Toros Sureste, con gran éxito en todos los órdenes durante veinticinco años ininterrumpidos, y que tanto bien ha generado para la lucha contra el cáncer, la investigación, la construcción de su nueva gran sede, y para otros fines benéficos sociales; este año habría sido la XXVI Edición, como todos sabemos el Coronavirus no ha permitido su celebración, pero ahí queda el bonito solidario gesto de la prestigiosa empresa taurina murciana dirigida por D. Angel Bernal, que ha cedido sus tres respiradores al Hospital de la Arrixaca de Murcia, y que ayer salieron custodiados por la Policia Municipal desde la Plaza de Toros de La Condomina al centro hospitalario de la capital.

Inauguración en Cartagena nueva «Casa Cuna» (1967)

De gloriosos tiempos taurinos pasados en Cartagena, décadas de los 60 y 70 del pasado siglo, recordar aquellos importantes festivales a beneficio de los niños huérfanos y desamparados, atendidos y educados por las religiosas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en el Hogar de la Infancia, antigua Casa Cuna. Festivales que se celebraron con carteles de tronío, con llenos hasta la bandera en su tristemente desaparecida histórica Plaza de Toros, y que fueron impulsados por el recordado gran aficionado, flamencólogo, poeta y escritor cartagenero el Doctor Eduardo Bonet, el inolvidable gran diestro gaditano Juan Garcia «Mondeño» y el apoyo de la Junta de Damas de la Institución, que presidía Doña Maruja Dorda, consiguieron la construcción de la conocida en Cartagena como nueva Casa Cuna, y que el día de su multitudinaria inauguración (1967), siendo alcalde el gran empresario y honrado politico cartagenero Don Ginés Huertas Celdrán, se descubrió una placa en el vestíbulo del inmueble con el siguiente texto: «Gratitud eterna del pueblo de Cartagena y a los toreros españoles, en la persona de Juan Garcia Jiménez «Mondeño», que hicieron posible esta obra», el mismo día la calle donde se ubica fue bautizada como Avenida o Calle de los Toreros; datos recogidos en el bonito e ilustrativo libro ¡chumbe toro!, del buen cartagenero y aficionado Angel Serrano Botella. Eran otros añorados y lejanos tiempos taurinos en Cartagena…