RAFAEL COMINO DELGADO -Catedrático de la Universidad de Cádiz- «Lecciones Magistrales-

Al toro le han quitado el respirador cuando estaba grave, y ahora ven la posibilidad de que el COVID-19 le dé la puntilla definitiva.

El mundo del Toreo se está poniendo nervioso porque el ministro de Cultura y los demás, digamos que el gobierno en pleno, le ignora. Cuando el Sr. Rodríguez Uribes fue nombrado ministro de Cultura dijo que no le gustaban los toros, pero que había que respetarles. Dedicó una leve sonrisa y puso gesto amable, a la gente del Toreo, pero prácticamente ahí ha quedado todo. Desde entonces ni mencionan la palabra Tauromaquia, lo que, como decía, está poniendo nerviosos a los colectivos del mundo del toro.

Pues bien, no deben ponerse nerviosos, no deben estar intranquilos, no deben tener dudas acerca de la actitud del gobierno socialcomunista, que disfrutamos, con respecto a la Tauromaquia. Dicha actitud esta clarísima. Solo dudará el que no quiera ver la realidad, el que crea en los reyes magos, el que quiera hacerse castillos en el aire, o engañarse a sí mismo.

El gobierno actual de España no dará al Toreo ni un solo céntimo. Es más, como sabemos, en el año 2019 dedicó 35 mil euros para el Premio Nacional de Tauromaquia y 30 mil para la FTL (el Toreo había ingresado en las arcas del Estado 140 millones de euros en concepto de IVA), y nos tememos que en 2020 ni siquiera otorgará esa cantidad. Nosotros pensamos, basándonos en dichos y hechos del actual gobierno, que pondrá a Los Toros todos los obstáculos posibles legales e ilegales, para que el Toreo desparezca. 

Cuando algún miembro del gobierno lea que desaparecerán muchas ganaderías, que hay mucha gente del mundo del toro que lo está pasando muy mal, pues al no a haber festejos taurinos no tienen ingresos, se alegrará, y mucho. Ellos han hecho todo lo posible en contra de la Tauromaquia. Le han quitado el respirador cuando estaba grave, y ahora ven la posibilidad de que el COVID-19 le dé la puntilla definitiva.

Ya sé que cuando uno está desesperado, se agarra a un clavo ardiendo; no acepta que le estén despreciando por muy evidente que sea, y siempre se intenta ver lo inexistente y no ver la realidad. Admítanlo de una vez: “El gobierno desprecia al Toreo, e incluso le odia”.

No obstante, es posible que algún día, el ministro, reciba a representantes del Toreo, que les vuelva a sonreír, incluso que les prometa muchas cosas, pero de ahí a que las cumpla media un abismo insalvable.

Por tanto, no se preocupen, admitan la realidad y ocúpense, pónganse a trabajar para salir de la crisis lo mejor posible. Los taurinos siempre hemos sido personas sensatas, equilibradas, realistas, y debemos seguir siéndolo, admitir la realidad y dedicarnos a resolver nuestro problema, pues nadie, y menos el gobierno, nos ayudará. El viejo pensador chino, mucho más sabio, más bondadoso y mejor que los actuales gobernantes de China, decía: “Exígete mucho a ti, y espera poco de los demás. Así te ahorraras disgustos”. Por ahora, de China, y con respecto a la pandemia sabemos solo dos cosas seguras: a) Que empezó allí; b) Que su gobierno ha mentido en todo.

Por tanto, no sufran por la incertidumbre, está clarísimo lo que pasará.  Duerman tranquilos en este aspecto, dediquen su tiempo a buscar soluciones en otra dirección,  y cuando lleguen las elecciones ya saben a quién no hay que votar. Ellos no nos quitan el aire que respiramos porque no pueden, pero sería su deseo.  Correspondámosles con la misma moneda.

¡Ah! Y cuando el ministro que nos llamó casposos, y al que vemos frecuentemente en los callejones de las plazas de toros (incluso algún gentil e inocente torero le ha brindado un toro), les pida un pase de callejón, cosa que frecuentemente hace, le mandan a la taquilla, o a otro lugar.