«En el adios a Morante: Todos se me van….» / Por Antolin Castro.
«..En la doble sesión habida este domingo en Las Ventas, las emociones siguieron persiguiéndome. Cómo me hubiera gustado tenerte a mi lado, que hubieras podido disfrutar de las despedidas toreras que en el ruedo venteño han tenido lugar. Todo preñado de emociones y sensaciones casi nunca vividas..»

Querido Luis Pla: A ti quiero contarte todo lo que me ha pasado en estos últimos días, en estas últimas horas.
Parece ser mi sino en estos días, todos a los que quiero y/o admiro se marchan. Ayer, amigo Luis, hube de asistir a tu despedida terrenal. Ocupe el día para decirte adiós viajando a tu tierra alicantina. Ni siquiera podía imaginar, de regreso ya a Madrid, que tu marcha no sería la única.
MADRID. Lunes 13 de octubre de 2025 – Publicado en Blog del toro al infinito – www.opinionytoros.com – Foto: PLAZA 1 – En la doble sesión habida hoy en Las Ventas, las emociones siguieron persiguiéndome. Cómo me hubiera gustado tenerte a mi lado, que hubieras podido disfrutar de las despedidas toreras que en el ruedo venteño han tenido lugar. Todo preñado de emociones y sensaciones casi nunca vividas.
Lo que hubieras disfrutado por la mañana, con la presencia torera de todo el clasicismo de los años atrás. Morante se había encargado de homenajear a Antoñete y se trajo a su lado en el paseíllo a Curro Vázquez, a Frascuelo, a César Rincón, también a Ponce, Pablo Hermoso y la novillera Olga Casado.
Se qué toreo te gustaba y, por tanto, se que la emoción te habría embargado viendo el clasicismo de todos ellos. En mayor o menor medida, y en función de los novillos que tuvieron delante, dejar patente que se es torero toda la vida.
Pero por la tarde llegaba el premio gordo, como ese que dicen que representa la lotería de Navidad. Y tocó en Madrid a los 22.964 asistentes que llenaron la plaza. Ni uno solo estaba sin participación, por eso te echaba a ti de menos allí.
Sabíamos que Fernando Robleño había anunciado su retirada, pero siendo esa marcha una pérdida dolorosa para mí, seguro que para ti también, dada la admiración que siempre he sentido por el torero de San Fernando de H., las emociones que me abruman y aprietan desde ayer, subieron de nivel ante ese anuncio.
Pero en la plaza estaba un Morante de la Puebla, con la vitola del mejor sin discusión alguna para los aficionados, y éste había guardado como oro en paño este día de la Hispanidad para ofrecer un homenaje a Antoñete con dimensiones siderales. Por la mañana se trajo un toro ensabanado de Osborne para el festival-homenaje al del mechón blanco, por la tarde se vistió de ‘Chenel y oro’. No cabía más compromiso por parte de el de La Puebla.
Ni quiero ni pienso contar lo que hizo el sevillano, solo puedo decir que emocionó hasta límites nunca vistos, que tuvo enfrente toros imposibles para poder lucirse como quisiera, que sufrió un volteretón como para mandarle al hule, que se resistió a las asistencias, pleno de orgullo y valor, mucho valor para volver al toro que había querido romperle su fe y su plan oculto. Que no era otro que triunfar y volver a salir a hombros de Las Ventas en este 2025.
A todo se sobrepuso y a base de magia fue inventándose una faena, una historia con el toro como para que aquello calara y llegara a los tendidos. Y claro que llegó. La plaza ante tanta verdad y disposición, rallando en inmolación por lo cerca que dejaba pasarse los pitones del toro, enloqueció. Embriagado torero y público solo faltaba meterle la espada.
Llegaron las orejas a sus manos y la clamorosa y despaciosa vuelta al ruedo. Tras de la vuelta, paso a paso, se dirigió al centro del ruedo y allí, el mismo, se quitó la coleta. Conmoción absoluta y gritos de ¡¡no, no, no!! ¿Quién podía imaginar tal decisión? Sin ningún pudor he de decirles que yo. Como testigos media docena de aficionados junto a mí, a los que les comenté que después de la locura vivida bien podía cortarse la coleta. No podría firmarse mejor final para su carrera y lo vivido hoy.
Es casi imposible mejor final de una carrera en lo más alto. Cuando digo lo más alto es eso, lo más arriba, no le queda a Morante ningún escalón por escalar. Respeto absoluto por la decisión de un torero que además es un hombre con una salud a la que hay que echarle más valor que al toro. ¡¡Gracias maestro por tanto!!
Robleño llegó después y también tuvo ese punto de verdad y torería que le colocaba en el lugar privilegiado que siempre debió tener. Cortó una oreja tras pinchar, quién sabe qué hubiera pasado de haber tumbado al toro a la primera. Sus hijos pequeños se encargaron de cortarle la coleta. Ésta sí anunciada previamente. Otra vez repito: ¡¡Gracias torero por tanto!!
Sergio Rodríguez confirmó alternativa con estos maestros a su lado y le deseamos que coja el testigo y pueda recorrer un camino tan sincero y auténtico como los maestros que ha visto marchar.
Ya ves, Luis, entre tu marcha a un mundo mejor y la de estos pedazos de toreros, es normal que tenga la sensibilidad a flor de piel. Despedidas en el tiempo que duelen, y mucho, a este escribidor.

































