Archivo del 30 marzo, 2024
Paco Ureña y la ciudad de Lorca, triunfan en la reinauguración de «Sutullena» / Por Manolo Guillén
Triunfal salida a hombros del lorquino, se enfrentó a seis exigentes toros de distintas ganaderías y al fuerte viento en tarde desapacible.
Corta cuatro orejas y un rabo, pudieron ser más trofeos de acertar con la espada en el excelente toro de Victorino Martin y en el cuajado y duro primero de Juan Pedro Domecq.
LORCA (Murcia). Sabado, 30 marzo 2024. – Reinauguración Plaza de Toros de «Sutullena» – Por MANOLO GUILLEN. Fotos: –TOROSNOTICIASMURCIA-. Todo se había cuidado con esmero para celebrar por todo lo alto el histórico acontecimiento, la organización y desarrollo del festejo fue impecable. Trece duros largos años han transcurrido desde los terremotos de 2011, que dejaron «Sutullena» inhabilitada. No fue tarea fácil conseguirlo, pero Lorca se unió y se volcó, contando con apoyos del Ayuntamiento de Lorca y del Gobierno Regional. Y se consiguió lo que parecía era un imposible. Y ya está reconstruida, bellísima, moderna y multifuncional su Centenaria Plaza de Toros. El ambiente de hoy en toda la ciudad era de especial fiesta, hoteles y restaurantes, casi como las «taquillas» de la plaza de toros, pusieron el «No Hay Billetes».
Tan emotiva como discreta fue la irrupción en el ruedo de representación del Club Taurino de Lorca, que tanto ha trabajado en el dificil conseguido anhelado logro; pasearon la conocida pancarta que exhibieron y reivindicaron todos estos años de lucha para la reconstrucción de Sutullena. Es de justicia reconocer la infatigable gran labor del Club Taurino de Lorca, capitaneado por Juan Coronel.
Tras el despeje con los alguacilillos montando bellos caballos pura raza español, comenzó en medio de un emocionado clamor un solemne y despacioso paseillo, antes de romperse sonaba el himno nacional, los aplausos aumentaron entonces los decibelios. Y Paco, ya dentro del callejón, tuvo que salir a los medios a corresponder al enfervorizado respetable.
No fue esta la típica tarde triunfalista, con todo a favor y regalos gratuitos. Paco Ureña echó la tarde para adelante -muy ventosa y desapacible- con oficio, mucha seguridad y, sobre todo, mucha firmeza. También puso entrega y pasión. Sobre todo con los dos mejores toros de la corrida que fueron los de Domingo Hernández y Victorino Martín, cada uno con sus matices y virtudes.
El de Domingo Hernández era un tacazo de toro, de enamorarse, cerraba la cara, un punto cubeto, armonioso. Un dije. De mucha clase y fuerzas limitadas, pero que permitió rebozarse de toro a Paco Ureña a lo largo de una faena maciza y de puro deleite. Finalizada en cercanías, manoletinas y estoconazo. Cayó el rabo, pedido con mucha fuerza.
Tampoco falló el cornipaso de Victorino Martín. Un toro fino, muy asaltillado y humillador, al que hizo las cosas perfectas: desde cambiarle los terrenos para sacárselo a los medios de salida hasta llegar a torearle al ralentí. Aunque le pinchó varias veces y perdió los trofeos.
La tarde tuvo tres partes bien diferenciadas. Esos dos toros mencionados fueron el meollo de la cuestión.
En los dos primeros turnos, había estado Ureña enorme pero quizás sin demasiado eco ante dos toros exigentes. El primero, de Juan Pedro Domecq, el más toro de la corrida, que había sido durete se había topado con la seguridad de un torero en plenitud. Por mucho que lo pinchara y perdiera los trofeos.
En segundo turno se había impuesto a la encastada movilidad de otro, con menos carnes, de Toros de El Torero, al que mató muy bien.
Y en la recta final del festejo aguardaban los dos toros más deslucidos. Uno blando y a menos de García Jiménez, al que cuajó a la verónica a pies juntos, y otro toro de poca clase de Fuente Ymbro al que le ganó la última oreja de la tarde, que paseó acompañado de su hija Cataleya, cuando llevaba dos horas y cuarenta minutos de encerrona. Jamás decayó en entrega e ilusión. Resistió físicamente como para haber regalado dos sobreros.
En todos los toros cogió la mano izquierda, se atrevió con un galleo por rogerinas, un quite con el capote a la espalda en medio del vendaval, o un torerísimo inicio flexionando en redondo para aplacar al encastado toro de El Torero.
Brindó solo tres toros. El primero al público y luego, los de las dos mejores faenas al empresario Angel Bernal, el toro del rabo, y al maestro Pepin Jiménez en emotivo y largo brindis, lanzó la montera Ureña hasta el tendido alto donde estaba su paisano Pepín Jiménez con su familia.
Y Paco Ureña, salió a hombros después de dejar la huella imborrable del toreo verdadero sobre el flamante albero del «nuevo» Coso de Sutullena, que empieza nuevamente a seguir reescribiendo su dilatada historia. Presidió el alcalde de Lorca, Fulgencio Gil.
Muy arropado estuvo Paco Ureña por compañeros, entre otros, Luis Francisco Esplá, Pepe Soler, Rafaelillo, Ramón Mateo «Morita», Domingo Garcia «Dominguin», El Quillas, Ruíz Manuel, Antonio José «El Rubio», Antonio Puerta, Miguel Angel Moreno, Jorge Martinez el novillero Jose María Trigueros, entre los que pudimos ver; tampoco faltaron a la cita los ganaderos Victorino Martin y Ricardo Gallardo.
FICHA: Toros, por este orden, de Juan Pedro Domecq, El Torero, Domingo Hernández, Victorino Martín, García Jiménez y Fuente Ymbro; desiguales. Destacaron el de Domingo Hernández y el de Victorino Martín.
PACO UREÑA, único espada (canela y oro). Ovación tras aviso, oreja, dos orejas y rabo, ovación tras aviso, silencio y oreja. ENTRADA: Lleno de no hay billetes.
CUADRILLAS: Fenomenales en la brega y en banderillas; sensacionales pares clavaron Antonio Cama en el segundo y Antonio López «El Charra» en el quinto, se desmonteraron tras sendas grandes ovaciones. – GALERIA DE FOTOS –