Antonio Corbacho, el recuerdo de su amigo José Mª Jericó.
Hoy se cumple un año de su fallecimiento
ALICANTE. Jueves, 31 Julio 2014. Por José María Jericó. Hace un año, el 31 de julio de 2013, Antonio Corbacho nos dejó, pero su recuerdo perdurará entre los que fuimos sus amigos cabales y entre los que criticaron sus métodos y su manera de ser. Pero su obra hay quedó y conociéndolo seguro que no estaría de acuerdo con muchas de las cosas que están pasando actualmente en el toreo. Él sabía que la única forma de ser alguien en el toreo, pasaba por ser distinto a todos los demás y para llegar a eso había que cincelar la figura del torero aplicando a sus enseñanzas el misticismo casi religioso de los “samuráis” lo cual suponía una enseñanza durísima que dio sus frutos en la figura de un chaval irrepetible nacido en el pueblo serrano de Galapagar, el mismo pueblo donde un hombre de campo, tratante de ganado, salvo lo que quedaba del encaste de Albaserrada de desaparecer cuando todo estaba preparado para mandarlo al matadero.
La figura de Corbacho estuvo vinculada durante un tiempo a la familia del ganadero y por esa vía y dada la confianza que tenían en él, decidieron enviar al entonces adolescente José Tomás a México para que allí, en casa del ganadero José Chafix, comenzara la forja de una figura del toreo que casi roza la mitología de ese arte que es la Tauromaquia.