ALICANTE. Martes, 21 Noviembre 2017. Por José Maria Jericó. Después de la tempestad viene la calma y después de una mala época en la que al torero alicantino le diagnosticaron una grave enfermedad, parece que las turbulentas aguas vuelven a su cauce y a Dios gracias el torero, lleno de ilusión y con nuevos bríos ha comenzado su preparación de cara a la nueva temporada en la que volverá a torear.

Francisco José Palazón ha estado en el dique seco desde que a mediados del 2016 comenzara a sentirse mal sin saber bien que le pasaba. Toreó la corrida de Adolfo Martín en la que estaba anunciado junto con Escribano y Ureña en la Feria de las Hogueras de ese año sin encontrarse en plenitud físicamente, la enfermedad que ya estaba comenzando a aparecer se la diagnosticaron definitivamente  en noviembre de ese mismo año. Desde entonces hasta acá han sido unos meses sometido al duro tratamiento de los quimioterapicos con los que ha ido evolucionando favorablemente y con los que, afortunadamente, al cabo del tiempo, se ha recuperado para la vida normal y para su profesión.

Si bien él nunca tiro la toalla y siempre que pudo procuraba mantener su limitada actividad física, en las últimas semanas ha intensificado su preparación y ha comenzado a torear en el campo. Así el pasado domingo acudía junto con su apoderado, Manolo Carrillo, a la finca Los Ángeles, situada en el término de Navalmoral de la Mata,  propiedad de Ángel Teruel, invitado por este para retentar un par vacas astifinas, viejas  con 13 ó 14 años, que entraron varias veces al caballo y se mostraran con fuerza  y  poder, a las que Palazón sometió con su toreo templado de capote y muleta, siempre muy acoplado y firme en su toreo de corte clásico, tal y como atestiguan las imágenes de este reportaje.

Una prueba de fuego a la que se sometió  el torero superándola positivamente, demostrando encontrarse en plena forma para afrontar la que será la temporada de su reaparición.