JERICÓ con su sobrino CHEMA (Foto de archivo)

Querido sobrino Chema: «Me enorgullecía ver que eras  un buen aficionado a la fiesta de los toros, una afición que llevamos en la sangre la familia».

POR JOSÉ MARIA JERICÓ. Tu pérdida nos deja a todos consternados, tu familia, tus compañeros, tus amigos, todas las personas que te conocían lloran tu muerte al tiempo que comentan la magnífica persona que eras, cariñoso y lleno de bondad para cuantos te rodeaban.

Todos tus compañeros con los que trabajabas hablan y no paran de tu bonhomía, tu gran profesionalidad, periodista a la antigua usanza, integro y sin dobleces, amante de nuestro Atlético de Madrid y respetado por todo el estamento futbolístico sin distinción de colores, tal y como han demostrado al enterarse de tu fallecimiento.

Muchas veces hablando contigo me hablabas de lo mucho que habías aprendido de tu querido jefe y amigo, Miguel Ángel Gózalo, con el que ahora te habrás encontrado en el mas allá, en la eternidad de la gloria, en el cielo, no puede ser en otro sitio, porque allí dicen que es adonde van las almas buenas.

Me está costando mucho escribir estas líneas, ya que aun no me puedo creer que estuviéramos hablando y felicitándonos mutuamente en la mañana del día de San José y unas horas más tarde, en el crepúsculo del día, me llamara tu hermano para decirme, todo alarmado, que se dirigía hacia tu casa ya que en toda la tarde habían podido contactar contigo telefónicamente. Desde un principio nos temimos lo peor, ha sido un mazazo, pues te has ido demasiado pronto, aun tenias que ver muchos partidos y disfrutar de tu hijo Javi, que nos está dando un ejemplo por lo mucho que te quiere.

Me enorgullecía ver que eras  un buen aficionado a la fiesta de los toros, una afición que llevamos en la sangre la familia. Recuerdo el día tu primera comunión, que la tomaste junto a tu hermano, como nos sorprendiste al salir de la comida familiar con la celebramos el acontecimiento eucarístico, todo contento y locuaz por ser el día que era, toreando en la plaza Mayor, esa plaza tan castiza y torera y tan ligada a nuestra historia, pues en ella tus abuelos paternos tuvieron durante muchos años un kiosco en la que vendían la mejor horchata que se podía tomar en Madrid,  tus abuelos maternos vivían, yo nací  y lugar donde tu pasaste tantas horas al cuidado de tus abuelas a las que tanto mimabas.

Eras un buen aficionado y  juntos fuimos en más de una ocasión a los toros, la última fue a una de las corridas que se celebraron durante la Feria de San Isidro del 2018. También me acompañaste  junto a tus hermanos a recoger la medalla que la Real Federación Taurina de España me entregó con motivo del 25 aniversario de la tertulia taurina que presido. Hablábamos mucho de todo, pero los comentarios sobre la temporada taurina eran un referente cuando nos llamábamos y nos desahogábamos comentando  cuantas cosas estaban sucediendo en nuestro alrededor.

Chema, ahora nada será igual, desde el otro lado donde te habrás encontrado con tus seres queridos que ya partieron, abuelos, tíos, primos, amigos y compañeros,  guíanos y protegenos. Siempre estarás en el recuerdo de cuantos te conocieron y en el de tu familia que tardara mucho en superar tu perdida. Te queremos. Tu tío.

Querido compañero y buen amigo José Maria Jericó, recibir nuestras más sentidas condolencias por tan irreparable perdida. Descanse en la Paz del Señor.