La novillada que debería haber visto Berlanga

Una tarde, la del pasado lunes -Festividad de San José-de lo más anecdótica la vivida en Ontur, desde compartirastado de forma extrañados novilleros, hasta no conceder una oreja por »haber en la plaza mucha gente de Cehegín».

Texto y Foto.- ENRIQUE SOLER. Si el maestro Luis García Berlanga autor de genialidades como «Bienvenido Míster Marshall», «Moros y cristianos», «La escopeta nacional» o «La vaquilla», hubiera presenciado el pasado lunes 19 de marzo, en la población manchega de Ontur, la primera novillada de sus fiestas patronales, posiblemente a estas horas ya tendría el guion para su próxima película. En el cartel, la primera actuación de la temporada del novillero de Cehegín, Antonio Puerta, acompañado de Juan Vicente, Jesús León y El Melenas. Con novillos de Mariano Sanz totalmente desiguales, deslucidos e imposibles para la lidia.

Juan Vicente abrió el cartel, con más de 30 minutos de retraso, ante un cuarto de entrada, buena parte de ella venida desde Cehegín, intentó buscar algo de lucimiento, causa imposible porque el novillo salió a la plaza con la partida vencida, en el segundo de su lote, un jabonero un poco más agraciado dejó cierto buen sabor de boca con la muleta y el público (de Ontur y de Cehegín) se lo recompensó con un trofeo. Jesús León comenzó con decisión su primero de la tarde, pero el novillo fue a menos perdiendo toda la fuerza, no consiguió rematar la faena a la primera, dando varios pinchazos y teniendo finalmente que descabellar. Llegó el tercero de la tarde y con él toda la odisea, le tocaba el turno al Melenas, en uno de los embistes del novillo al salir de los improvisados chiqueros de la portátil de Ontur, éste se estrella contra el vallado metálico lisiándose, el presidente muestra pañuelo verde, ordenando que el novillo sea devuelto a los corrales, ante la imposibilidad de la orden se decide apuntillar al animal en el ruedo, primera espera de casi veinte minutos para conseguir sentenciar al novillo. A continuación sale el sobrero, desde el callejón los subalternos gritan al encargado de chiqueros –saca el séptimo-, y así obedeció abriendo el cajón séptimo. Continúa El Melenas con la faena de capote, se pica, tercio de banderillas y cuando va a comenzar la brega con la muleta, salta al ruedo el novillero Jesús León, avisando al presidente que ese novillo es suyo y que la faena la termina él, a lo que el presidente salomónicamente aceptó, terminando León la faena empezada por El Melenas y consiguiendo como premio una oreja. Aquí llegaron las primeras discusiones y los desacuerdos entre las cuadrillas de ambos novilleros, con las correspondientes reprimendas a los encargados de chiqueros. Continuó la extraña tarde en la fría estepa manchega, 7 grados y con viento, turno de Antonio Puerta, aunque el primero de su lote no se dejó, ganas no le faltaron al de Cehegín, demostró en el ruedo que es uno de los grandes del escalafón, consiguiendo exprimir al novillo al máximo sacando de donde prácticamente no había, recibió al jabonero de rodillas, como es típico en él, consiguiendo varias tandas con clase por ambos pitones con la muleta, los nervios le traicionaron al rematar la faena que bien merecía dados los precedentes un trofeo, así lo hicieron notar la inmensa mayoría del respetable solicitando premio para Puerta, pero el presidente decidió hacer de su capa un sayo con el reglamento (art 82.2) y no conceder trofeo argumentando, según se comentaba por los mentideros de la plaza que «había demasiada gente de Cehegín». El segundo de su lote, fue caso perdido desde el principio, intentó el milagro como en el primero, pero fue totalmente imposible, terminó rápido la faena.Por último El Melenas que finalmente toreo en el sexto y octavo lugar terminó con el silencio del respetable en ambos novillos, en una tarde de las que mejor olvidar.

Dicen que los toreros se crecen ante la adversidad y que se hacen toreros de verdad en los ruedos de “polvarea”, quizás por eso nunca olvidan la dureza del camino cuando conquistan el éxito.