Archivo del 20 octubre, 2014
Antonio, ¡¡tu sí que tienes arte!!, lo triste es que no »saben» leer, o peor aún, »ni siquiera leen…»
TERCER MILENIO – ANTONIO PARRA.
¡ Que arte ! / Antonio Parra
El asunto de las tarjetas no es más que pura calderilla.
Publicado en el Diario La Verdad de Murcia. www.LAVERDAD.es Los directivos y consejeros de la doblemente desvencijada Caja Madrid/Bankia culminan con una larga tradición española, incluso españolista. Hay muchos otros exdirectivos y financieros que no desmerecen en esta tradición, pero los citados de la caja madrileña están ahora de moda porque son los últimos pillados mientras saqueaban hasta los cajeros del barrio delante de los vagabundos que pasan la noche en su interior. Para que vean que no hacen distingos de clase.
Cuando digo que esta es una tradición españolista, es decir, de seguimiento militante de lo español, incluyo también a muchos catalanes de pro. A los catalanes se les nota el españolismo –por más que prohíban los toros- en lo que gritan cuando les llevas la contraria o debaten y, sobre todo, en el arte de dejar las bancas catalanas como los chorros del oro. Higiene ante todo.
Todo esto viene de siglos atrás, como decíamos al principio, es una misma línea, una tradición sin descanso. Claro, que entre robarle unas uvas al pobre ciego, como hacía el lazarillo de Tormes, o entre las hazañas el buscón llamado Don Pablos y todos estos de ahora hay un abismo como un agujero negro por el que se cuelan miles de millones.
Si nos fijamos bien, lo que hasta ahora ha salido a la luz, el asunto de las tarjetas, no es más que pura calderilla, la bandeja del sacristán en la misa o la calderilla del gorrilla con los coches que aparcan.
Si todos nos hemos escandalizado ahora tanto es, precisamente, porque utilizaban estas tarjetas hasta para pagar al gorrilla o para la bandeja de la sacristía. Y, sobre todo, porque parte de esta orgia tarjetera ocurría cuando ya nos habían bajado a todos los sueldos, nos habían quitado las pagas extra y nos habían subido mil veces los impuestos del tabaco para pagar los miles de millones que habían despilfarrado antes en la misma caja de ahorro. Lo de caja de ahorro cumple en este caso con su valor semántico: caja era la que ellos hacían y ahorro lo que ellos se ahorraban en vinos, cabarés, trajes y hoteles de lujo, y hasta las propinas al camarero.
Lo que indigna más es que algunos de estos importantes personajes (incluidos en el listado sindicalistas, políticos y jefes diversos de fina estampa) hablan y miran (caso de Rato) como si todos les debiéramos a él cinco euros. Encima. Se ve que a todos los directores del Fondo Monetario Internacional les da por algo. A unos por los cajeros y a otros por las limpiadoras. El caso es limpiar.
Dice el gran Severo Almansa que el Arte puede ser sencillo para quien lo desarrolla, pero no necesariamente para quien lo contempla. Estos tienen un arte que no veas, lo desarrollan con sencillez y facilidad. Lo malo es para quienes lo contemplamos y, mayormente, lo soportamos. España, o sea.