Archivo del 15 enero, 2019
Hinojos (Huelva), se reactiva taurinamente
Una tertulia con más de 300 asistentes reactiva taurinamente la localidad de Hinojos
El pueblo se vuelca con Diego Vázquez, la joven promesa local, en un acto en el que participaron Tomás Campuzano, Lea Vicens y los hermanos Jiménez
Martes, 15 enero 2019 -Informa: Toromedia – La localidad onubense de Hinojos vivió este sábado una emotiva jornada taurina en la que todo el pueblo se volcó para apoyar al joven torero local Diego Vázquez. El acto sirvió para reactivar taurinamente este pueblo, que no cuenta con demasiada tradición en lo que a Tauromaquia se refiere.
Todo fue gracias a la generosidad de toreros como Tomás Campuzano y los hermanos Javier y Borja Jiménez y de la rejoneadora Lea Vicens, que junto al aficionado local Miguel Ruiz de Vargas y con el periodista José Enrique Moreno como moderador, compusieron una mesa en la que se abordaron temas como la vocación, la ilusión y la afición, todas ellas cualidades necesarias en todo aquel que emprende el difícil camino del toreo.
El acto estuvo presidido por el alcalde de Hinojos, Miguel Ángel Curiel, quien afirmó que su obligación es apoyar cualquier iniciativa cultural y artística que surja en su pueblo y recogió con naturalidad la propuesta del aficionado Miguel Ruiz de Vargas de construir una plaza de toros en esta localidad aprovechando que el pueblo se ha movilizado en torno a su nueva esperanza torera. Todos los componentes de la mesa animaron al joven Diego Vázquez y resaltaron la importancia de que su pueblo esté volcado de esa forma con él, recalcándole conceptos como la afición y dedicación, que debe tener muy presentes para ser alguien en el mundo del toro.
Más de 300 personas asistieron a esta tertulia matinal celebrada en los Salones Atalaya, aunque se superaron las 500 invitaciones vendidas para el acto, que contó con almuerzo y diversas actuaciones musicales, lo que da una idea del grado de implicación de un pueblo que vuelve a hablar de toros.
Torero / Por Juan TOMAS FRUTOS
MARTES, 15 enero 2019. Por Juan TOMAS FRUTOS. Me subo al autobús. De vez en cuando me gusta perderme sin mirar el reloj por alguno de los rincones de la Región. Pido permiso en casa, y me voy. En este caso emprendo un recreo por el interior. Me encantan sus paisajes. Son únicos en una tierra variada, con imprevistos, con contradicciones, con aspectos secos y húmedos que nos enganchan.
En una población determinada alguien excepcional se sube. No lo percibo en ese momento. De hecho, reparo en él al tiempo, cuando llevamos un trecho importante. Está en el asiento de al lado, pasillo por medio. Tenemos opción de mirarnos, pero, fundamentalmente, de escucharnos.
Viene, o eso reseña, de casa. Ha estado unas horas. Habla de éxitos y fracasos. Me pregunto por qué no irá en coche. Después pienso que igual es un nostálgico como yo, al preferir un medio público, que no deja más que una estela genérica y no adquiere más obligaciones que abonar el billete y respetar las normas de convivencia en el vehículo.
Ahora sí me fijo en él. Apunta que quiere ser torero, de los buenos, de ésos que ganan fama, honra y dinero. Refiere las dificultades, que conoce bien. No tiene prisa, pero tampoco está dispuesto a detenerse. Ya ha hecho pinitos, según afirma, con reconocimientos de juventud. Todo está dispuesto, y llegará la oportunidad, claro que sí.
Nos despedimos. Sabemos que nos volveremos a encontrar. Los caminos que no tienen puertas son así: espejos para hallarse.