Archivo del 17 enero, 2019
Los toros vuelven a Roldán doce años después.
Salvador Cortés y los novilleros Cristobal Ramos »Parrita» y Victor Acebo. Roldán (Torre Pacheco), sábado 23 de marzo.
La empresa Taurina Resaso y la Comisión de Fiestas de la localidad ha organizado una corrida de toros mixta para el sábado 23 de marzo
El toreo es Grandeza / Por Rafael COMINO DELGADO.
<<LECCIONES MAGISTRALES>> POR RAFAEL COMINO DELGADO>>
El Toreo es un Sentimiento que al expresarlo genera Estética, pero también conlleva enorme Riesgo. Y todo ello exige tener grandeza de espíritu, grandeza moral, abnegación, que eleva el espíritu.
Por otra parte, tanto Sentimiento como Estética y Riesgo generan Emoción en el propio artista, el torero, y en los espectadores. En el torero porque sabe que está creando algo bello, se siente bien, se eleva su espíritu. En los espectadores porque piensan que el torero tiene grandeza; de hecho le gritan ¡qué grande eres! Se sienten bien y también su espíritu se emociona, se eleva. Al mismo tiempo, esa emoción engendra grandeza de espíritu, que a su vez provoca emoción. Por tanto, en el Toreo, todo, desde el sentimiento hasta su expresión, es, y exige, grandeza de espíritu.
Retrotrayéndonos en el tiempo a los orígenes del Toreo, y analizando detenidamente el hecho, comprendemos que el Toreo nació como expresión de un Sentimiento. Algunos hombres tenían un sentimiento, profundo, intenso, irrefrenable, que les llevaba a enfrentarse a un toro bravo.
En principio, lo único que se hacía era esquivar, con más o menos habilidad, sus acometidas y dominarle. Ello les producía gran satisfacción. Pero poco a poco el Toreo fue evolucionando y perfeccionándose, gracias a toreros como Pedro Romero, Pepe Illo, Costillares, Paquiro, Chiclanero… Hasta que en 1858 surge Rafael Molina “Lagartijo. Lagartijo ya tenía otro concepto del Toreo. Naturalmente dominaba al toro, pero con una elegancia y armonía, hasta entonces, desconocidas. A partir de Lagartijo el hombre empieza a expresar más ampliamente, ante el toro, ese sentimiento al que venimos aludiendo, que es algo más que el dominio del toro: Es ESTÉTICA.
Lagartijo aporta el germen del TOREO SENTIMIENTO-ARTE. En 1909 llega Juan Belmonte que, por diversas razones, introduce un nuevo concepto del TOREO, el cual ya había sido intuido por Pedro Romero y Lagartijo.
Juan Belmonte pasa de torear básicamente sobre las piernas a torear básicamente sobre los brazos. Por tanto, se PARA y trata de que el toro pase conducido por los engaños (capote, muleta), manejados con los brazos del torero.
Juan Belmonte introduce así un nuevo concepto: “EL TEMPLE”. El TEMPLE es la base, el fundamento mismo del “TOREO SENTIMIENTO-ARTE”. El hombre expresa así algo que siempre ha llevado dentro y que ahora, cuando la perfección de la técnica para dominar al toro se lo permite, aflora y se hace evidente. Así, el TOREO definitivamente deja de ser solo Técnica y Riesgo para hacerse ESTÉTICA-ARTE.
El Hombre expresa ante el toro un sentimiento que lleva dentro, tal como el pintor lo expresa sobre un lienzo o el poeta lo expresa con palabras.
Se ha dicho, y es verdad, que el Toreo es un ARTE que hay que hacer con Técnica y una TÉCNICA que hay que hacer con Arte. Pero todas las Artes, sin excepción, necesitan de una Técnica.
Pero la ESTÉTICA de cada torero es diferente a la de los demás, pues depende de múltiples factores: Factores determinantes: Lo que el Torero siente y cómo lo expresa.
Factores condicionantes (todo ello condicionado por):
- Su Físico (Planta de Torero).
- Estado Físico y Psíquico.
- Toro que tiene del
- Público ante el que Torea.
- Otros (trascendencia, competitividad, etc.).
Cuando todos los factores determinan que el torero sienta profundamente lo que está haciendo (creando) y logra expresarlo con máxima intensidad, ello se transmite, también con máxima intensidad, al público.
Por otra parte la Estética, la Belleza del Toreo, la percibe cada aficionado (espectador) de forma diferente; las sensaciones que experimentan son diferentes, pero con el arte del TOREO ocurre igual que con cualquier otro ARTE, que lo bueno, lo bello, lo verdadero, todo el mundo lo entiende, no es necesario ser un buen aficionado.
Pero como ya expusimos, el TOREO conlleva un riesgo, y por tanto exige aún más grandeza de espíritu para expresarlo. Cicerón decía: “Se reconoce el alma valiente y GRANDE, sobre todo, por dos cosas: En primer lugar, por el desprecio a las cosas exteriores y, en segundo lugar, por la calidad del alma, que permite realizar GRANDES ACCIONES, llenas de dificultades y fatigas, que ponen en peligro la vida”.
Empezábamos diciendo que “EL TOREO ES GRANDEZA”,
y terminamos diciendo que, efectivamente,“El TOREO es Grandeza engendrada y expresada por un hombre con un toro; sentida comprendida y vivida por el torero y el aficionado sensible”.