<LECCIONES MAGISTRALES> POR RAFAEL COMINO DELGADO -Catedrático Universidad de Cádiz-

…eso no hace falta que lo diga, hace falta que lo demuestre.

Todos los que empiezan en las escuelas taurinas, o casi todos, casi todos los que ya están toreando con caballos, e incluso ya han tomado la alternativa, suelen decir, a nuestro modo de ver, demasiadas veces, ¡quiero ser figura del Toreo! Y yo me pregunto, ¿hay alguien que no quiera ser  importante en su profesión, cuando empieza? Creo que todos, por tanto, no es una frase o respuesta muy original, sino al contrario, y además muy pretenciosa. En todo caso si dijeran simplemente, ¡yo quiero ser torero! parecería más lógico. Con lo que ha sido el maestro Paco Camino en el toreo- figurón máximo- y dice que se conformaría con que en el futuro se diga de él que, “fue un buen torero”.

Sin embargo, al menos para nosotros, esa falta de originalidad, digamos esa vulgaridad, la paso por alto, no le doy importancia en las demás profesiones, pero si en la de torero.

El Toreo es algo diferente a todo, y los toreros son personas muy diferentes a las demás. Un torero no puede ser vulgar absolutamente en nada. «Si es vulgar no es torero, y si es torero no será vulgar», pensamos nosotros. No puede ser vulgar ni siquiera en esta contestación.

Y ¿por qué consideramos esta una respuesta vulgar?, pues porque es lo que dice todo el mundo, por ser obvio, y porque un torero no debe hablar; primero debe hacer y hablar en la plaza, delante del toro. Si es figura o no eso lo debe decir la afición, los públicos.

Se da por hecho que cualquiera que empieza en el mundo del toreo quiera ser una gran figura, el numero uno-si no es así lo mejor es que lo deje antes de empezar- pero eso no hace falta que lo diga, hace falta que lo demuestre.

Para nosotros, en general y más en el toreo, el secreto del éxito está en, «hablar poco, escuchar mucho y hacer mucho más».