El número 2.056 de APLAUSOS ya se encuentra en los quioscos. El semanario taurino trae consigo el cuarto especial dedicado a las ganaderías y cuya portada protagonizan las divisas de Victoriano del Río y Adolfo Martín. “Hoy se torea muy profundo y se requiere un toro muy bravo, que se mueva, emocione y con el que puedan triunfar los toreros. Ese tipo de toro creo que lo hemos encontrado”, señala Victoriano del Río, que añade: “Cantapájaros, Bravucón, Comunero, Beato, Dakar… han sido muy buenos pero a día de hoy Dalia es el toro más importante que hemos lidiado”.

Por su parte, Adolfo Martín, a lo largo de un reportaje de cuatro páginas, destaca: “Hoy se ha hecho un toro que dura mucho, que embiste media hora con nobleza y aprende poco. Las faenas largas me aburren”. Y continúa: “La bravura es la condición de acometer. Y cuando se acomete con fiereza, eso es casta. Y es fundamental porque da emoción”. Además, el ganadero comenta respecto al encaste Albaserrada: “Puede parecer un disparate pero una persona haciendo de toro, embistiendo, no lo hace tan perfecto como un toro de este encaste”.

El especial se completa con reportajes a las ganaderías de José Escolar, Saltillo, Valdefresno, Luis Algarra y Daniel Ramos. Además, en el apartado estadísticos se hace mención a los toros y novillos premiados con la vuelta al ruedo durante la temporada 2016.

José Luis Benlloch recuerda esta semana en APLAUSOS la figura de Manolo Montoliu cuando se cumplen veinticinco años de la fatídica tarde de Sevilla. El director de APLAUSOS, en un sentido reportaje, afirma: “Siempre hablamos de su par, el punto y seguido del par de Honrubia, pero tan importante o más fue su colocación, su estar sin estar como decía Duyos de Blanquet, de ahí su empeño en alcanzar a lidiar un toro sin darle un solo capotazo, con la voz, con un gesto, con el aleteo suave de su capote”. Y añade: “Fue más que un torero, más que un banderillero de ferias, fue un personaje imbricado en la sociedad. En realidad era una estrella. Su espíritu abierto, su perfil artístico, su alegría, sus picardías de torero bohemio, también su valencianía universal, su calidez, su sentido del liderazgo…”

Otro de los protagonistas del número es el matador de toros Emilio de Justo, cuyo horizonte se va despejando a base de constancia, confianza y capacidad. “La clave ha sido no venirme abajo, haber aprendido a sufrir, en darlo todo cuando no tienes nada. Ahí se encuentra el triunfo. Es muy duro pero no existe otra alternativa”. El extremeño añade: “Ahora tengo Francia y tengo que corresponder y seguir macerando esas cosas tan bonitas que estoy viviendo. Me veo muy capaz, muy maduro y con un toreo más pausado pero más redondo”.

Una nueva entrega de la sección 2.000 números de APLAUSOS dedicada a los mayorales y las habituales firmas de opinión de José Luis Benlloch, Manolo Molés, Carlos Ruiz Villasuso y Paco Mora completan los contenidos. Más información www.aplausos.es.